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DE EDUCADOR A EDUCADOR HIJO, ¡TE VEO, TE OIGO Y TE SIENTO!

22 Abr, 2024

DE EDUCADOR A EDUCADOR HIJO, ¡TE VEO, TE OIGO Y TE SIENTO!

Y cuando un niño te dice: escúchame, mientras escribes en el móvil, y tú le contestas: te estoy escuchando, y replica: pero ¡escúchame con los ojos!…Ese día tu mundo se para y recapacitas sobre aquello que debes estar haciendo mal.

No quiere decir que no lo utilicemos, que no haya momentos para que podamos desconectar de los agobios del día usando el móvil, pero debemos evitar usarlo cuando estemos con los hijos. ¿Cómo voy a criticar sus horas de pantallas, si yo hago lo mismo?.

Las obligaciones diarias nos hacen ir deprisa, PÁRATE Y PIENSA… dedícale dos minutos a pensar cómo cambiar algunos hábitos que te reporten bienestar. Haz deporte, cocina, medita, lee,… y además puedes hacerlo con ellos, proporcionando momentos de calidad para todos.

Este tiempo que compartimos es un pilar fundamental en su desarrollo. Más allá de lo que debemos hacer diariamente, invertir en tiempo de calidad no sólo fortalece los lazos familiares, sino que también moldea su crecimiento emocional, social y cognitivo. Cuando realizamos   actividades juntos, no solo creamos recuerdos, vivencias, aprendizajes nuevos,…sino que generamos momentos emocionantes, desarrollamos confianza, espacios para  conversar, reflexiones, nos conocemos,…en definitiva, establecemos así una base para su pensamiento crítico, el desarrollo de opiniones y la consolidación de relaciones saludables en el futuro, con los demás y como familia. No olvidemos que después de la crianza y el acompañamiento vendrá una etapa llamada adolescencia, donde todo lo que hayas sembrado será recogido.

La educación no es sólo cosa de las aulas, sino también a través de esas experiencias compartidas dentro de la familia. En un mundo cada vez más digital, la importancia de desconectar para conectar con nuestros hijos es más relevante que nunca. El tiempo de calidad no solo se trata de estar físicamente presentes, sino de dedicar atención plena. Trasciende la mera convivencia. Es una inversión en su presente y futuro, nutriendo aspectos fundamentales de su desarrollo. No solo somos padres, sino arquitectos que ponen los cimientos sobre los cuales construirán sus vidas.

No sé en qué nos equivocamos, pero a veces no nos damos cuenta de que tenemos delante de nosotros la posibilidad de formar pequeños seres solidarios, que abracen el futuro queriendo cambiar las injusticias, que sepan decir no a aquello que les hace mal, que vivan en convivencia con otras personas y que no olviden su conexión con la naturaleza. Personitas capaces de creer en ellos mismos y en que “otro mundo es posible”, pero en ocasiones lo olvidamos, olvidamos que se educa con el ejemplo.